¿Ir a college está reñido con tener el nivel para llegar a lo más alto del ranking ATP?
Mi nombre es Roger Ordeig, y desde hace 5 años trabajo en I-Con Sports. Fui jugador de East Tennessee State University (ETSU), una universidad de primera división, dónde me dieron la oportunidad de seguir mejorando mi nivel de tenis, y por encima de todo, sentir que seguía con mi sueño de llegar a ser tenista profesional. Y obviamente, mientras perseguía este sueño, estaba estudiando una carrera universitaria. De hecho, pude hacer 2 carreras en 5 años, algo que nunca me hubiera imaginado, y más si era jugando a un alto nivel de tenis, quizás más alto que el que me encontraba en las qualies de los futures que jugaba alrededor de España. Una de las carreras que estudié fue la de psicología que, entre muchas otras cosas, me enseñó que, aunque en muchos casos se estudian los patrones de comportamiento de las personas, no siempre es bueno generalizar cuando tratamos con una persona, y hay que observarle de una forma personal e individualizada, entender su entorno y su trayectoria. La otra carrera que estudié fue la de business management, y me enseñó, entre muchas otras cosas también, que los números eran importantes a la hora de tomar decisiones.
Y hoy, vamos a hablar de números. Hemos escuchado muchas veces, o al menos yo, no quiero cometer el error de generalizar, que los jugadores que se van a Estados Unidos no mejoran. Y esta frase se suele complementar con que no hay jugadores que una vez se gradúen se dediquen al tenis. Vamos pues a hacer algo de números para comprobar si esta verdad universal que corre a menudo por los torneos es realmente verdad, o es simplemente un mito universal. Para eso, he hecho unos simples pero curiosos números para analizarlo. Resulta que en el ranking actual de la ATP tenemos a 5 jugadores en el top 100 (John Isner, Cameron Norrie, Steve Johnson, Dominic Koepfer y Tennys Sandgren).
Bueno, algunos quizás dirán que no son muchos, pero lo interesante es ver que hay 59 jugadores entre el 100 y el 500. Aquí ya cambia la cosa, ya que significa que un 14,75% de los jugadores vienen de college. Si añadimos los top 10 mencionados, podemos decir que hay 64 jugadores en el top 500 de la ATP (12,8%).
En mi opinión, es una cantidad muy elevada, y más si tenemos en cuenta otros aspectos. Primero de todo, muchos de estos jugadores llevan solamente 2 años o menos escalando posiciones en el circuito ATP, ya que cuando te gradúas con 22/23 años, la mayoría de los jugadores empiezan de 0 en el ranking ATP (o tienen algunos puntos conseguidos durante el verano). Es decir, tienen todavía mucho margen de mejora, y más ahora que sabemos que las carreras de los tenistas se están alargando mucho más, y que la media de edad de los jugadores dentro el top 100 ha ido aumentando considerablemente en los últimos años. Ojo, también encontramos allí jugadores que actualmente no están top 100 pero que la mayoría conoceréis, ya que estuvieron top 100 e hicieron grandes resultados, como son Kevin Anderson (finalista de Wimbledon y US Open), Mckenzie McDonald, Blaz Rola, o Bradley Klahn.
El segundo aspecto que añadir es que hay muchos jugadores actualmente en college (los mejores por supuesto) que durante el verano consiguen llegar a semifinales, finales, o incluso ganar muchos torneos ITF, lo que significa que, si no estuvieran en college y jugaran unos 20 torneos al año, probablemente estarían top 500 también. O para decirlo más claro, podríamos decir que ganando 10 puntos ATP en 3 meses de verano tal y como varios de ellos consiguen, demuestran que el nivel para ser top 500 lo tienen.
Otro aspecto interesante es que tenemos un total de 36 universidades representadas en este top 500. Sin duda, estamos hablando de universidades muy potentes, pero algunas de ellas no son ni top 50 en el ranking tenístico de primera división. Con amplia ventaja, encontramos a University of Southern California con un número altísimo de 7 jugadores, que ayuda a entender porque entre el año 2009 y el 2014 consiguieron ganar 6 títulos nacionales por equipos. Cuatro de ellos fueron con Steve Johnson, quién además ganó dos títulos nacionales en individuales, y terminó su carrera universitaria ganando sus últimos 72 partidos, un registro impresionante. Siguen a USC las universidades de Virginia con 4 jugadores, y Tennessee, Ohio State, Wake Forest, y Texas Christian con 3 jugadores. Es decir, muchas universidades te dan la posibilidad de llegar a un nivel para ser top 500.
Y aunque sin duda hay mejores y peores universidades, todas siguen un sistema algo similar para formar a sus jugadores, ya que deben seguir unas normas, entrenan una cantidad de horas similares, y juegan las mismas competiciones. Porque hay que estar de acuerdo que llegar al top 100 es muy complicado, y que un jugador clasificado el 300 del mundo tiene un nivel muy alto, y quién sabe si termina llegando al soñado top 100. Y si piensas que hay que mirar a partir del top 300, pues podemos comprobar que hay 30 jugadores, es decir, más de un 10%. Esto significa que 1 de cada 10 jugadores que están en el top 300 han estudiado en alguna universidad norteamericana.
Creo que con estos números lo de decir que los jugadores universitarios no mejoran durante esos 4 años, o que luego no se dedican al tenis, podemos decir que no tiene muchos fundamentos empíricos. Ir a college es sin duda una opción, un camino, o hasta un tipo de formación tenística. Y este tipo de método ha llevado a 64 jugadores al actual top 500 ATP. Muchos estaremos de acuerdo con que hay muchos métodos para formar jugadores de tenis.
Encontramos muchas academias de tenis, o muchos entrenadores, en España y muchos otros países, que seguramente no coincidirán en el camino para llevar a un jugador al profesionalismo. Decir que 64 jugadores del top 500 han seguido un mismo camino dice mucho sobre el éxito de éste. Y sí, ningún jugador de estos 64 es español. Quizás es porque los españoles que han ido allí han tenido pocos referentes para creerse que después de college pueden llegar (el mejor fue el gran jugador y gran amigo Arnau Brugués, que casi rompió el top 100 ATP hace 9 años, y se quedó con un impresionante 135 ATP).
Sin duda, la idea de que después de college los jugadores no se meten no creo que ayude mucho, y el hecho de que venga de los propios entrenadores en muchos casos, todavía menos. Sería interesante ver algunos de los mejores jugadores de España de su generación irse a college, y ver qué ocurre luego. Actualmente, estos mejores están empezando a irse, por lo tanto, es cuestión de tiempo poder verlo. Curiosamente, el campeón y subcampeón del último campeonato de España Junior han optado por college.También hay que recordar que seguramente estamos viviendo el final de la etapa dorada del tenis español, y por lo tanto, es más difícil ya de por sí ver jugadores españoles en lo más alto. Pero este tema ya es para otro artículo.
Siguiendo con esta idea, o quizás mito, que se centra en que todos los jugadores que van a college terminan dejando el tenis, pues hay que decir que tiene parte de razón. Todo el mundo lo deja en un momento u otro, pero lo interesante es ver cuándo. Podemos decir que todos los jugadores que van a college, como mínimo juegan hasta los 22 años, que es cuando se gradúan.
Creo que la mayoría de los jugadores que con 18 años deciden dedicarse exclusivamente al tenis, lo dejan antes de los 22, sobretodo, si no están top 500. Si observamos las edades de los tenistas profesionales clasificados más allá del top 500 ATP, encontramos muy pocos jugadores que sigan jugando una vez llegan a los 23 años. Estos tenistas son los jugadores que juegan en el ITF World Tour, los torneos de menor nivel que reparten puntos ATP. Si observamos un ITF que se disputó en enero de 2020 en la Rafa Nadal Academy, podemos ver que la gran mayoría de jugadores son menores de 22 años. Saqué los números exactos, y de un total de 74 jugadores que disputaron el torneo, solamente 16 eran menores de 23 años, lo que representa menos de un 22% del total. Curiosamente, 4 de estos 16 jugadores provienen de college.
Y hay que tener en cuenta que a principio de año estos torneos están muy duros, y más después que la ITF redujera la cantidad de jugadores en la fase previa. Estoy seguro de que, si se ampliaran las previas a 64 o más jugadores, la mayoría de los siguientes jugadores a entrar en el torneo serían jugadores muy jóvenes con poco ranking. También estoy seguro de que no es por falta de ganas que muchos jugadores no lleguen a los 23 años, pero subsistir económicamente jugando torneos ITF durante mucho tiempo es muy difícil. Pero esto es también para otro artículo.
La situación actual es que la gran mayoría de jugadores españoles que quieren seguir jugando una vez terminan bachillerato se van a college. Y sobre todo, los mejores de cada generación. En Cataluña, por ejemplo, si observamos a todos los campeones y finalistas del campeonato de Catalunya Junior de los últimos diez años, podemos ver que la gran mayoría se decidió por college. En estos 10 años, 17 jugadores distintos disputaron la final, ya que algunos pudieron repetir, como son el caso de nuestro jugador I-Con Pau Fanlo, o mi excompañero de equipo en ETSU David Biosca, quién hizo historia en mi universidad y tuve la suerte de vivir esa experiencia con él. De estos 17 jugadores, 13 han apostado por esta opción. Es decir, ya no vale lo de que los mejores jugadores se quedan a jugar el circuito ITF.
No voy a caer en el error de generalizar y decir que todos se van, ya que muchos se quedan, una decisión totalmente respetable, y la mejor en muchos casos, estoy seguro de ello. Pero muchos también se van. Yo mismo me hubiera quedado si solamente hubiera dependido de mis ganas de jugar al tenis, y más en mi época, que la idea de que ibas a college a retirarte era mucho más fuerte que ahora dentro del circuito. A menudo pienso qué hubiera pasado si me hubiera quedado, pero acto seguido me viene a la mente que en college viví los mejores 5 años de mi vida, y por esta razón probablemente no vale la pena darle muchas más vueltas.
Y curiosamente, yo soy parte de los que, con más de 22 años, sigo compitiendo, y no para demostrar mi teoría. Con mis 28 años tengo claro que no me ganaré la vida jugando, pero sí que el tenis me da la vida, y eso quizás es lo más importante.
Y para aquellos que no saben si ir a college o no, lo normal sería que les dijera que no duden ni un momento en irse, y más trabajando en este sector. Pero soy jugador y entrenador, he tenido 17 años, y me subí al avión destino a ETSU pensando que era un error. Al final, siempre digo que no hay un camino mejor o peor, sino personas que consideran todas las opciones posibles y eligen la suya de una forma coherente, y personas que se cierran creyendo que solamente puede haber un solo camino para llegar a un mismo sitio. A mí me gustaría ver más personas como la primera opción, y creo yo que no hace faltar haber estudiado psicología para verlo.
De momento, aquí tenéis mi teoría basada en números y mi experiencia. Pero sin duda, no tiene por qué ser verdad. Ya he dicho que lo importante es considerar todas las opciones, y luego escoger la tuya.